El olor a carnavales de Cádiz se propaga por Andalucía de oeste a este al ritmo al que se alargan los minutos de luz solar y se van alejando los riesgos de las noches más heladas.
Todavía con frío, con mucho frío en buena parte de Andalucía, oyes las primeras coplas de carnaval y coliges que la vida ha vuelto: en los almendros asoman las primeras flores, aparecen también los primeros verdores en los árboles de hoja caduca y la explosión de vida que supone la proximidad de la primavera invita a salir del cascarón a quienes, hibernados, hemos esperado durante meses estos primeros días de luz y optimismo.
No entiendo nada de lo que pasa en Andalucía desde que los fríos comienzan a hacer el equipaje: no entiendo los carnavales, ni la semana santa, ni la feria de abril, ni el rocío.... y eso que llevo ya diez años informando sobre cómo fluye a diario la vida por aquí.
Porque estar aquí entre febrero y junio, amigos, es estar un poco más vivo. Es sacarle el jugo a los momentos como espectador, como protagonista si llegado el caso te toca la china o... simplemente estando en medio, dejándose mecer por lo que sucede a tu alrededor aunque no entiendas un carajo.
Que llegue esta época y te sorprenda en Cádiz, en Huelva o en Sevilla no está nada mal. Voy a ir preparándome. En los carnavales, claro, que en el teatro Falla hace ya varios días que están en ello.
J.T.
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