jueves, 13 de agosto de 2009

Costo a granel






Ana y su compañero del equipo de fin de semana estaban haciendo tiempo mientras llegaban camiones. Aquella mañana de sábado en el puerto de Algeciras iban a elaborar un reportaje sobre una máquina capaz de detectar a cierta distancia los latidos del corazón de un ser humano. Objetivo: localizar los posibles inmigrantes ilegales infiltrados en los bajos de los camiones que atraviesan el Estrecho.
Hasta que llegaran los camiones decidieron grabar recursos, planos de la actividad rutinaria en la aduana para ilustrar con imágenes lo que iban a contar en la pieza.

- ¿Podemos seguir al perro que detecta la droga cuando lo saquéis a "trabajar"? -le preguntaron a la guardia civil.
- Sin problema
Así que Ana se dispuso a filmar todo el proceso, desde que el perro sale del lugar donde descansa habitualmente hasta el momento en que comienza a olfatear coches. Acababa de llegar un barco de Tánger y el perro se fue a por el primer coche de la fila.



Casi dispuesta ya para filmar el pase del primer al segundo coche Ana comprueba que el perro se entretiene más de lo normal, que sitúa sus patas delanteras sobre la ventanilla, su particular manera de decir que quiere que le abran la puerta.


El perro repasa la alfombra bajo el conductor, también la que hay bajo el asiento de su acompañante...



... es una pareja marroquí con un niño de cuatro años; el perro comienza a marcar: delante, en el maletero... entre bajos y maletas... ¡bingo: doscientos kilos de hachís!




Una de dos: O Ana tuvo mucha suerte al conseguir filmar estas imágenes, suerte inversamente proporcional a la de la aparentemente inofensiva familia pillada in fraganti, o el trasiego de costo en el Estrecho sigue siendo tela.
Gracias a dios.





J.T.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Mi amigo Morenatti ha perdido una pierna en Afganistán



Conociéndolo como lo conocemos mi amigo Eduardo Abad, que fue su jefe en la delegación regional que la agencia Efe tiene en Sevilla, y yo hemos llegado a la misma conclusión:

Seguro que a Morenatti lo que más le preocupa de lo que le ha pasado -una bomba afgana explotó ayer al paso del tanque estadounidense en el que Emilio había elegido viajar para hacer su trabajo- no es haberse quedado sin pierna. Lo que más le preocupa, estamos seguros, es la repercusión mediática que va a tener su caso.




Morenatti, Emilio Morenatti, periodista de raza, siempre ha procurado cumplir con el undécimo mandamiento del buen periodista: pasar desapercibido. Y es que los periodistas somos testigos, no protagonistas. Somos correas de transmisión, no estrellas del mundo del espectáculo.
Emilio, como tantos de nosotros, está en esta locura porque le gusta contar historias, historias vividas en primera línea, historias en las que hay que ser testigo, estar en el sitio para poder contarlas.




Emilio, a sus treinta y cuatro años -ahora tiene cuarenta- decidió darle una considerable vuelta de tuerca a sus inquietudes, pidió la excedencia en la agencia Efe y se largó con Associatted Press a hacer lo que siempre quiso. Consiguió su sueño: ser testigo con su cámara de lo que ocurre en lugares como Afganistán, Pakistán o Gaza, lugar este último donde por cierto lo secuestraron, aquella vez con desenlace feliz, en octubre de 2006.




Hace seis meses le concedieron un premio internacional que reconocía el valor de su trabajo. No sé qué hará Emilio a partir de ahora con su pierna amputada. Pero de una cosa estoy seguro: se las arreglará para continuar contando las historias que siempre soñó contar.


J.T.

martes, 11 de agosto de 2009

¿Estamos cambiando?


La selección que hemos emitido ha sido escasa pero tenemos muchos testimonios grabados. Mis compañeras Ana y Patricia han gastado la mañana, igual que los colegas de otros medios, en la estación de tren de Santa Justa, en Sevilla. ¿La razón?




Una tromba de agua y granizo caida ayer en Toledo inutilizó la línea del Ave y quienes viajaban en ese momento hacia Madrid se vieron obligados a pasar la noche donde les pilló o volver a Sevilla pero corriendo ellos con los gastos si tenían que dormir fuera de casa. Renfe no se hace responsable de contratiempos atribuibles al clima.



Durante buena parte del día ha continuado el caos, la desinformación y la incertidumbre. Unas dieciocho horas en total. Pues bien, ninguno de los pasajeros a los que hemos entrevistado, más de una docena, ha perdido las formas. Han visto cómo se les iba por las alcantarillas casi un día completo de sus vidas, algunos han perdido conexiones con vuelos internacionales en Barajas, los han mareado con informaciones contradictorias, les han colocado autobuses tarde, mal y descoordinados, se han visto obligados a gastar un dinero extra que dudan recuperar...






Y a pesar de todo eso no hemos visto nervios ni histerias ni malas formas. A lo sumo algún exabrupto puntual: civilización pura, vamos: relajados, sonrientes, y la mayoría bien vestidos y aseados porque la media ponderada del personal era bastante presentable. Esto empieza a parecer el extranjero. Algunos de nuestros compañeros, micrófono en mano, metían los dedos todo lo que podían por si acaso, pero ni así.

Igual es un espejismo, igual hay que atribuirlo al relax de agosto pero si no son esas las razones, ¡hay que ver cómo estamos cambiando!


J.T.

sábado, 8 de agosto de 2009

La Memoria seguirá viva




He conocido a quienes mueven en Huelva el Foro por la Memoria. La Diputación de su provincia ha puesto en marcha una iniciativa pionera que consiste en facilitar el acceso a través de Internet a los 180.000 documentos sobre los consejos de guerra en los que se juzgó a cinco mil onubenses entre los años 1936 y 1943.

Que la Diputación de esta provincia andaluza haya hecho esto facilita mucho el trabajo de quienes, como los miembros del Foro por la Memoria de Huelva, se dedican a investigar qué diantres pasó con aquellos paisanos que tras resistirse a secundar la sublevación fascista del dieciocho de julio fueron asesinados o nunca más se supo de ellos.

He conocido a algunos dirigentes del Foro de Huelva, como Aída, Félix o Pedro y me he llevado una gran alegría ¿por qué?



Pues porque los tres andan apenas por los treinta años. En la foto de arriba vemos a Félix Ramos en el centro y a Pedro Feria a su izquierda. Para mí es una agradable sorpresa constatar la existencia de jóvenes treintañeros que dedican horas y horas a una empeño hasta ahora atribuído básicamente a viejos nostálgicos.

Pedro, Aída y Félix me contaron que están muy preocupados porque los pocos ancianos que les pueden aportar testimonios directos de lo que vivieron en la guerra se les están muriendo por días: cada vez les quedan menos de ellos vivos y lúcidos y hay que darse prisa en recopilar todo lo que se pueda, me dicen.




Que quienes están empeñados en que no se abandone la investigación en torno a todo lo que tiene que ver con la reparación de la Memoria Histórica tengan treinta años y no setenta garantiza que la búsqueda de la verdad tiene varias décadas de trabajo aseguradas mal que les pese a los profesionales de poner palos a las ruedas de la bicicleta.

La edad de estos tenaces currantes sumada a este momento de eclosión de las nuevas tecnologías -los documentos en Internet, a un golpe de click- le ponen cada vez más difícil salirse con la suya a quienes no dudan en recurrir al juego sucio para pasar página. Lo tienen crudo.


J.T.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Brindis por cuatro amigos

Julián, Sol, Eduardo, Antonio. Cuatro compañeros, cuatro amigos con los que en algún momento de mi vida profesional compartí mesa de trabajo, inquietudes, conspiraciones, peleas, decepciones... también alegrías. Los cuatro se han marchado en los últimos quince días.

Con Julián y con Antonio viví aquellos años triunfales de Zeta en los que Interviú se comía el mundo. Aquellos últimos setenta antes del golpe de Tejero, aquel período llamado "de transición" en el que por publicar cualquier gilipollez nos citaban cada dos por tres para declarar en los juzgados.



Con Sol tuve el honor de figurar en la plantilla del Informe Semanal de los primeros ochenta, cuando el país se paraba los sábados -sólo había una televisión todavía- para ver los reportajes del programa.


Y con Eduardo fumábamos mesa con mesa y nos peleábamos por el cenicero -sí, entonces se podía fumar en la redacción- él en la sección de Cultura y yo en la de Internacional del Cambio16 de los últimos ochenta.




Eran Julián Lago, Sol Alameda, Eduardo Chamorro y Antonio, el fotógrafo Antonio Catalán del que mira por dónde no tengo foto. Con Antonio y con su hermano Pepe viví momentos gloriosos primero en la calle Alcántara y luego en la calle Potosí de Madrid. Un día Antonio, con apenas treinta años, mandó Zeta a tomar por culo y decidió instalarse con su pareja en una casita perdida por las montañas de una isla balear.

El tiempo nos fue llevando a cada uno por distintos sitios. No sé para ellos, pero para mí
aquella época marcó mi manera de entender no sólo el periodismo sino también la vida.
Fueron años de cocerse a fuego lento en ambientes irrepetibles.

Ahora ellos ya se han ido. En menos de quince días nos han dejado los cuatro. Yo, por todo lo que de ellos me queda en la memoria y en las tripas, continuaré bebiendo a su salud.



J.T.

martes, 4 de agosto de 2009

Obama contra el victimismo



Ser negro y vivir en un barrio pobre no son razones para ir de víctima por la vida, para tener malas notas o abandonar los estudios.

He comentado tantas veces en las últimas dos semanas algunas de las ideas que, como la que transcribo más arriba, expuso Obama en el discurso que pronunció el pasado diecisiete de julio ante varios grupos de afroamericanos que he decidido resumirlas aquí.

1. ¡Basta de excusas! "Tenemos que decirle a nuestros hijos: sí, si eres afroamericano, las posibilidades de crecer entre la delincuencia y las bandas son mayores; sí, si vives en un barrio pobre, te enfrentarás a dificultades que algunos en los barrios residenciales ricos no tienen que sortear. Pero eso no son razones para tener malas notas, eso no son razones para faltar a clase o para abandonar los estudios. ¡Basta de excusas! Nadie ha escrito tu destino por ti. Tu destino está en tus manos. ¡No hay excusas!"




2. Horizonte ilimitado "Para los padres, no basta con mandar a nuestros hijos a la escuela y luego abandonarlos cuando llegan a casa. Tenemos que aceptar nuestras responsabilidades. Eso quiere decir dejar un rato el video juego y ayudar a tu hijo a hacer sus deberes. Leerles, protegerles y llevarlos a la cama a una hora razonable. ¡Dejen de decirle a sus hijos que, porque son de cierta raza, hay cosas que siempre les estarán limitadas¡ ¡Quiero que vean un horizonte ilimitado!".





3. El listón, siempre alto "El dolor de la discriminación todavía se siente en Estados Unidos. Pero eso no justifica que los padres negros abandonen a sus hijos ni los condenen a la desesperanza o a los papeles secundarios en este país. Quiero que aspiren a ser científicos e ingenieros, doctores y maestros, no sólo jugadores de baloncesto o raperos. Quiero que aspiren a ser jueces del Tribunal Supremo o presidentes de Estados Unidos".

Creo que lo que Obama le dice aquí a los negros vale para cualquier colectivo o persona con tentaciones victimistas. El político gitano Juan de Dios Ramírez Heredia retomaba el testigo el pasado veintiocho de julio en el diario El Mundo y sugería cambiar la palabra negro por la palabra gitano en el discurso de Obama y proponer a los gitanos españoles -setecientos mil hay censados- esforzarse para conseguir llegar a ser ministros, secretarios de Estado o ¿por qué no? directores de la Guardia Civil.




La información completa sobre el discurso de Obama, aquí. Y si queréis leer íntegro el artículo de Ramírez Heredia aquí lo tenéis también.





J.T.

lunes, 3 de agosto de 2009

Setenil de las Bodegas


Este fin de semana he conocido Setenil de las Bodegas. Nadie me había hablado nunca de este pueblo andaluz de apenas tres mil habitantes del que hoy continuaría sin saber nada si una feliz casualidad no me lo hubiera puesto a tiro.

Aunque pertenece a la provincia de Cádiz, Setenil linda con las provincias de Málaga y Sevilla: está entre Ronda y Olvera, muy cerca de la sierra de Grazalema. Un lugar ideal para perderse y disfrutar en el que este primero de agosto apenas si había visitantes de fuera.


En buena parte de las casas, bares y comercios de Setenil sólo ha habido que construir las fachadas: el resto, paredes y techos, es roca pura. Bajo las rocas discurren incluso calles con casas-cueva a ambos lados, calles delineadas de manera paralela al curso del rio de la localidad, cuya profundidad -que no su caudal actual- hace pensar que lleva siglos horadando esas rocas que ahora conforman una arquitectura imposible de crear con escuadra y cartabón.




En plena canícula agosteña, la temperatura en Setenil el pasado fin de semana era muy agradable
y las vistas, mires el pueblo desde donde lo mires, me parecieron a caballo entre lo mágico y lo imposible.



Desde arriba -cuando llegas al pueblo no lo ves porque se esconde hasta que estás prácticamente encima- Setenil de las Bodegas impresiona. Y ya cuando desciendes por sus cuestas de infarto y te adentras en sus rincones de diseño natural no puedes menos que quedarte boquiabierto y preguntarte cómo nunca antes habías oido hablar de un sitio así.



Y para remate, la gastronomía: lo bordan. En resumen, que he vuelto con un sabor de boca excelente. Como estoy seguro que será el vuestro si os animáis a visitarlo.

J.T.


P.D. No conozco a nadie en Setenil ni me anima otra intención al hablar bien del lugar que no sea la fascinación que me ha producido visitarlo.