Hay momentos en que lo que vives con tus compañeros de trabajo te reconcilia con este oficio.
Abrimos delegación en Málaga y al frente estará mi compañera Miriam. Tras cuatro temporadas aquí en Sevilla se la llevaron a Madrid y ha tardado seis años en conseguir volver al sur. Como dice nuestra compañera Paloma, abrazada en la foto de abajo a la protagonista de la jornada, Miriam es de esas personas que generan buenas vibraciones a su alrededor allá donde estén.
El mejor aval de esta opinión fue la fiesta de despedida en Madrid el viernes. Toda una boda. Con todo lo bueno de las bodas y nada de lo malo. No me cansarè de repetirlo: Sólo a su manera de ser le debe Miriam tamaña expresión de afecto.
¡¡¡Casi sesenta personas estuvimos en la cena y más de ochenta en la copa posterior!!! Y lo que es mejor. Un buen rollo envidiable en donde, al menos yo, no escuché hablar de trabajo en toda la noche.
J.T.
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