En este recién estrenado 2009, preludio de una nueva década, los ayuntamientos cumplen 30 años en democracia. 30 años que bien les podrían haber servido a sus integrantes para evolucionar un poquito más o por lo menos para tratar de hacernos menguar esa molesta sensación de que nos están tomando el pelo. Vamos, que aquellos y aquellas que viven del dinero del pueblo (eso también viene con la democracia) podrían tener a bien tomar conciencia de la dignidad de estas instituciones y, por qué no, de la propia. Que la cultura y el conocimiento también son cuestión de dignidad. Como muestra, este pleno del Ayuntamiento de Tenerife celebrado el pasado noviembre. Una de esas joyitas que llega hasta nosotros gracias a otra democracia: la de Internet.
Hace 1 año
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