Miles de empleos de periodistas están amenazados, perdidos o a punto de perderse. Las condiciones de trabajo de los profesionales de la información se deterioran en la mayor parte de las redacciones ante la impotencia de quienes trabajamos en ellas.
Estas palabras podrían ser mías, pero tal como las reproduzco son propiedad de este hombre, Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid a la que pertenezco y que ha convocado una concentración para denunciar la alarmante pérdida de empleo de los periodistas en los últimos meses.
En todos sitios cuecen habas, es verdad, pero también es cierto que en este oficio siempre nos toca bailar con la más fea.
Cuando hay vacas gordas repercute en cuatro gatos y la mayor parte de los que se baten el cobre a diario en la calle micrófono o cuaderno en mano, lo hacen con toda suerte de contratos en precario, siempre a expensas de una renovación que cuando llega es a través de una ETT o, como mucho, en forma de contrato por obra.
Ahora encima, después de tanto oir que viene el lobo, llegan las vacas flacas y esto es el acabóse. La cuerda, como siempre, se rompe por la zona más débil y cientos de contratos basura se están convirtiendo durante estos meses en estupendas altas en el Inem por tiempo indefinido.
Que la Asociación de la Prensa de Madrid propugne esta primera llamada de atención(concentración en la explanada del Paseo de la Castellana con Juan Bravo el viernes 13 de febrero) suena a poco. Pero es un primer aldabonazo que consuela porque, a lo mejor ahora que pintan bastos en el oficio periodístico, los currantes de la información deciden unirse para que cuando se caigan los vasos, no derramen siempre el líquido hacia el mismo lado.
J.T.
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