En su acreditado blog La nave de los locos mi amigo Fernando Valls se encargaba este lunes de poner en su sitio a Juan Goytisolo, barcelonés afincado en Marruecos y flamante premio nacional de las letras españolas.
"Lo que más me intriga -escribe Valls- es saber de qué se quejará, a partir de ahora, Juan Goytisolo, de qué nuevo agravio se lamentará. ¡Nunca se recompesarán suficientemente sus méritos!"
Goytisolo es bueno como escritor, a mí me gusta. Pero igual que disfruté leyendo en su día Señas de identidad o Reivindicación del conde Don Julián, por ejemplo, o Coto vedado, el primer volumen de sus memorias publicado en 1985... del mismo modo me contrarían sus sesgadas moralinas seudoprogres en muchos de los artículos que escribe en prensa.
A este insatisfecho laureado no lo declararon persona non grata en Almería por casualidad. La razón fue un artículo publicado en El País el 19 de febrero de 1998 en el que trataba de racistas y desmemoriados a los agricultores del poniente almeriense. Un análisis demagógico y con ribetes cursis en el que generalizaba comportamientos muy puntuales y en el que en absoluto se mostraba interesado por conocer el punto de vista de los lugareños.
"A mi edad ningún premio hace ilusión" -ha declarado. Sobre los cuarenta mil euros que conlleva el galardón no ha dicho nada, que yo sepa.
J.T.
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