viernes, 26 de diciembre de 2008

La justicia no tiene quien la juzgue



Veo y escucho al padre de Mari Luz tras la decisión del Consejo General del Poder Judicial de no meterle mano al juez que mantenía fuera de la cárcel a un peligroso pederasta a pesar de que éste tenía pendiente cumplir una condena.



Un pederasta que, según confesión propia, es el responsable de la desaparición y muerte de la hija de Juan José el pasado trece de enero.




Veo en Juan José Cortés el reflejo de lo que yo mismo siento. Su indignación es la del golpeado brutalmente en el estómago. La mía, la del que presencia impotente esa agresión, y no lo digo de manera figurada porque hemos estado junto a él muchas veces en todo este tiempo.

Como contaba yo en este blog hace unos días, lo que sobrecoge es la clase con la que este hombre encaja los golpes. Desde que la tragedia se asomó a su vida, cada vez que le embiste una nueva contrariedad nos brinda una lección más de elegancia y de talante.




Yo confío en la justicia, escuchamos decir a los agraviados bien educados. Pero ¿cómo podemos confiar en unos señores cuyo poder les viene de haber aprobado unas oposiciones, nunca de haber sido elegidos por nadie, y que con una sola firma suya nos pueden buscar la ruina para siempre?

Si la vida nos pone a tiro de las decisiones de un juez, éste tiene en sus manos nuestro destino a partir de ese instante. Pero no sólo el criminal, lo que parece lógico. En manos de las decisiones del juez queda también el destino de la víctima, como ha quedado bien claro en el caso de Mari Luz y su familia.




El político se examina cada cuatro años. El aspirante a juez una sola vez y si aprueba se convierte en un ser inexpugnable, a escasos metros de la infalibilidad y por supuesto, por encima del bien y del mal ("traemos una orden judicial, abra la puerta"... "lo detendremos y lo pondremos ante un tribunal"... "queda usted citado para tal a día a tal hora y si no se presenta será conducido por la fuerza pública"... ¿os suena todo esto?).

Con tanta impunidad ¿cómo esperábamos que el Consejo General del Poder Judicial le metiera a Tirado un contundente puro porque habiendo debido tener a del Valle entre rejas el día en que la pequeña Mari Luz pasó por su puerta lo mantenía en su casa sin que se ejecutara la sentencia a la que había sido condenado? ¡Qué ingenuos hemos sido!



J.T.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu coque, filii mii? Vale, ya. Bonita demagogia la que os habéis montado LOS MEDIOS. Tú, también, tocaovario? Lo de la justicia, sin comentarios. Pero si la familia de la infeliz criatura Mari Luz hubiera ejercido su DEBER de custodia y no dejarla en la calle sola con 5 años(!), ESTARIA VIVA, joder!!!