Este jueves hemos estado en Lepe, en la provincia de Huelva. Hemos compartido parte de la jornada con inmigrantes que sobreviven en chabolas y con las mujeres de Cáritas que les proveen de ropa y también de alguna comida.
Con el frío, la ropa está siendo más necesaria que nunca. Luisa y sus compañeras de Cáritas en Lepe han hecho un llamamiento por la radio y han conseguido llenar el almacén de pantalones, camisas, chupas, jerseys.... A sus puertas, en cola, se agolpan decenas de inmigrantes.
- Es una pena lo de estos muchachos. No hay trabajo y a pesar de todo vienen. No tienen papeles, pero tienen hambre y frío. Además de esta ropa tendremos que prepararles algo de comida para navidad -nos dice Luisa, la presidenta de Cáritas en Lepe.
De La Mojonera (Almería) hasta Lepe (Huelva) pasando por Úbeda (Jaén), el denominador común en Andalucía es el mismo en este asunto: africanos que lamentan el día en que se creyeron que aquí atábamos los perros con longaniza y se jugaron la vida y el poco dinero que les quedaba para llegar a esta falsa tierra de promisión en la que sobreviven, gracias a su fortaleza, a temperaturas que nunca conocieron antes y a un plan de vida que tampoco pudieron imaginar.
Tanto a Alberto como a Rosalía y a mí nos conmueve especialmente el testimonio que, a las puertas de su chabola en las afueras de Lepe, le grabamos a Okdonnel, este joven africano que nos dice que procede de Mali:
- Yo en mi país era universitario; vine aquí pensando que mi porvenir sería mejor y después de más de dos años en este plan, creo que ya he perdido la dignidad, el honor... no sé cuanto tiempo más podré aguantar.
J.T.
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