El componente vocacional del periodismo permite que en este oficio se soporten agravios que en cualquier otro sencillamente no se aguantarían.
Si los salarios del noventa por ciento de los currantes son cada vez más ridículos en todos los medios y en todas las regiones, en Andalucía el asunto es especialmente sangrante.
Eso sin hablar de horarios o de la posibilidad de organizar de una manera medianamente decente la vida personal.
Quiero hacerme eco aquí de la iniciativa de un blog recién nacido en el que se reivindica la dignidad para los trabajadores de los medios informativos.
Han promovido un manifiesto y han creado un grupo en facebook. Aseguran que cuentan ya con más de setecientos afiliados y su objetivo es que sus reivindicaciones lleguen hasta presidencia del gobierno.
Una vez más cobra sentido una de la primeras frases que le escuché, hace más de treinta años, a uno de mis maestros en el diario Pueblo:
"No le digas a mi madre que soy periodista. Mejor dile que trabajo como pianista en una casa de putas"
J.T.
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