A la hora de utilizar la imagen de un menor de edad siempre han existido dudas en los medios de comunicación. ¿dónde está el límite? ¿hay que taparle la cara a todos los niños que aparecen en una foto que va a ser publicada, en una imagen que va a ser emitida, aunque ésta haya sido tomada en un parque público y se esté hablando del bonito día que hace en una determinada ciudad y de lo bien que se lo están pasando los niños jugando o paseando con sus papás?
Cogérsela con papel de fumar por sistema me parece innecesario e incluso ridículo, pero lo cierto es que a la hora de la verdad parece complicado cogerle el punto, es decir el término medio, al asunto. Y así nos encontramos con el abuso de las imágenes de menores que muchos medios están perpetrando desde el día en que desapareció la joven sevillana Marta del Castillo, algo que se ha acentuado tras la detención de los presuntos autores de su muerte.
La fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Sevilla nos lo anunciaba este lunes: va a abrir de oficio unas diligencias sobre los programas de televisión que han mostrado en los últimos días imágenes de menores de edad relacionados con la muerte de Marta. Hechos como la aparición en el programa "Rojo y negro" de Telecinco de la menor de catorce años que al parecer era ahora la novia del presunto asesino de Marta deben ser perseguidos de oficio, nos ha dicho María José Segarra.
Por cierto que Miguel Carcaño, ex novio y presunto responsable de la muerte de Marta -a la derecha de la foto, con capucha- y su amigo Samuel sí son mayores de edad. Sus imágenes a la entrada de los juzgados este lunes para declarar deben tener a mi juicio la mayor difusión posible para que todo el mundo conozca el calado de estos energúmenos.
Pero lo que cuestiona la jefa de los fiscales sevillanos es la imagen de los menores: desde la imagen que se está ofreciendo de la infortunada Marta -menor de edad con diecisiete años, recordémoslo- hasta la de todo su círculo de amistades también menores, incluido el que con tan sólo quince años ha sido acusado de encubridor y está ya recluido en un centro tras su declaración ante el juez de menores.
Muchas de las fotos que se han conocido han sido extraidas del Tuenti, la red social de Internet más utilizada por los adolescentes, con lo que se plantea así de qué modo puede un oficio de la fiscalía ponerle puertas al campo y evitar que se propague, prácticamente sin control, la imagen de estos jóvenes a través de la red.
Con esta iniciativa, María José Segarra pone sobre el tapete un asunto sumamente peliagudo: ¿dónde están los límites? ¿Cómo discernir entre el uso informativo y responsable de un documento gráfico y el abuso de imágenes de menores de edad, incluso de su presencia en programas basados en el morbo y en la búsqueda de audiencia a cualquier precio?
Yo, al menos por hoy, no tengo la contestación ¿Y vosotros?
J.T.
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