lunes, 9 de febrero de 2009

Inmigración y convivencia ¡Qué pereza, tanta lentitud!

No puede ser que cueste tanto trabajo.

No puede ser que pasen seis meses como mínimo entre el momento en que una convocatoria pública se pone en marcha y el momento en que comienza a materializarse lo que se planteó en esa convocatoria.





Las tres provincias andaluzas que cuentan con mayor número de zonas marginales y en las que se ha instalado un buen porcentaje de la inmigración llegada a esta región en los últimos años (Almería, Granada y Cádiz) exigen actuaciones urgentes que garanticen la mejor convivencia posible en barriadas que ya de por sí fueron siempre conflictivas.



Consuelo Rumí, secretaria de estado de inmigración, ha anunciado este lunes en Sevilla que se van a destinar tres millones de euros para proyectos educativos, laborales y sociales en trece zonas de estas tres provincias en plan experiencia piloto.




Entre los barrios "a mejorar" está el de las doscientas viviendas de Roquetas de Mar, en Almería, donde en septiembre saltó la chispa tras la muerte de un senegalés a manos de un vecino, lo que derivó en casas quemadas y policía patrullando la zona durante semanas.
Son barrios que llevan años con las luces rojas encendidas y que a partir de ahora verán llegar
-eso sí, dentro de bastantes meses, no se sabe cuántos- proyectos institucionales para mejorar la convivencia y las expectativas de sus vecinos.
Mejor tarde que nunca, de acuerdo, pero no puede ser tanta lentitud.

Y menos que las causas de esa lentitud sean los infumables plazos con los que, en la gestión pública sobre todo, la burocracia le suele ganar casi siempre la partida al sentido común.



El barrio de el Puche en Almería, por ejemplo, lleva decenios siendo un conocido germen de lamentables y graves conflictos.
Los nietos de los que tuvieron los primeros problemas, a lo mejor con un poco de suerte dejan de tenerlos algún año de estos.

Estupendo.



J.T.

1 comentario:

Anónimo dijo...

OOOOOhhh, si, claro que si! Munchas intervensiones, munchas, munchas... Todas, todas, mú rumiás, muuuuú rumiás!