jueves, 15 de octubre de 2009

Sobre los sueldos de los directivos en Canal Sur

Ochenta y un mil euros brutos al año (81.000): sueldo oficial del presidente de la Junta de Andalucía, la comunidad autónoma más poblada del país.

Ciento treinta y nueve mil euros brutos al año (139.000): sueldo oficial del director general de la Radio Televisión Andaluza, más conocida como Canal Sur

Argumentos de quienes defienden este dislate:

1. Los directivos de Canal Sur deben tener sueldos competitivos con los de sus homólogos en las teles privadas. Así se evita que se marchen.

2. Las plantillas y retribuciones de la RTVA recaen en órganos de extracción parlamentaria y sería un flaco favor del ejecutivo entrar en competencias del legislativo

Vamos a ver: O los sueldos son competitivos, en cuyo caso serán mejores o peores que el del presidente de la Junta porque se atienen a las leyes del mercado, o los salarios los fija el parlamento en cuyo caso estamos hablando de sueldos oficiales. Pero las dos cosas a la vez, francamente, difícil colarlas.

Me alegro mucho de que el director general de la RTVA se lo lleve así de crudo (entre otras cosas porque todos estamos ahí y nunca se sabe si nos puede llegar a tocar esa lotería). Pero todo estaría un poco más claro si a los pelotazos en toda regla no le pusiéramos paños calientes.

Cada uno se gana la vida como puede y el que puede bien no tiene por qué pedirle perdón a nadie, pero vestirlo de farfolla a mí me parece innecesario porque no cuela, señores.

Vamos a ver, amigos. Es verdad que esto de la tele es un mundo muy competitivo. De locos, de estrés, de hipertensiones, de infartos… pero ¿de verdad es absolutamente necesario para el futuro de una televisión autonómica, llámese Canal Nou, Telemadrid, Euskal Telebista o Canal Sur, estar pendiente cada mañana de cómo fueron las audiencias del día anterior?

Llevamos muchos años entretenidos en un limbo donde nadie cierra el modelo de televisión pública autonómica, y si se debate o se discute es siempre con la boca chica.

El gobierno de la nación ha puesto la primera piedra con su decisión de eliminar la publicidad. Pero las autonómicas no parecen de momento estar por la labor.

¿De verdad el criterio tiene que ser el audímetro y seguir perpetrando en nombre del servicio público programas como el de Juan y Medio, Arrayán, y tantos otros a los que les importa un comino la formación del espectador o el interés público de lo que se cuenta, programas cuyo único objetivo es arañar como sea un punto de audiencia a costa de las peores artes, esas sí, empleadas sin complejos por las empresas privadas de la presunta competencia

Yo me alegro mucho por el director de la televisión pública de Andalucía y por la veintena de directivos que hay por debajo de él cuyos sueldos también superan al del presidente José Antonio Griñán. Me alegro por ellos, no por Griñán, como es de suponer.

Pero queridos míos, el argumento para defender tan afortunado –y envidiado- privilegio no puede ser el de la competitividad. Porque en la empresa privada el puesto de un directivo está en peligro cada día y en vuestro caso no.

En la televisión privada los directivos se juegan el pellejo con la audiencia y lo conservan con la rentabilidad.

Pero en el caso del director de la RTVA, que yo sepa tiene el puesto blindado por el parlamento autonómico para cinco años. Y el de los otros veinte directivos del canal andaluz mejor pagados que Griñán, convendría recordar que muchos de ellos son de plantilla para toda la vida, lo que significa que si les va mal pueden perder un incentivo pero nunca el puesto de trabajo.

Si se apela a la competitividad, habrá que hablar de objetivos, ¿no? En la privada no hay blindajes, ni relax posible. Los objetivos te obligan a estar con los ojos bien abiertos y a no templar gaitas ni con los sindicatos ni con los derechos adquiridos de los currantes que disfrutan de un puesto fijo más envidiado todavía que los megasueldos de los directivos..

En la privada te rodeas para trabajar de quien vale o de quien tú quieres y, eso sí, no te ves obligado a aguantar elefantes que,desde su cómodo cementerio, se dedican a dinamitar tus iniciativas sabedores de que ya estaban ahí cuando tú llegaste y continuarán igual cuando tú te vayas.

Las televisiones públicas se mueven por otras coordenadas, por otras reglas del juego. Así que no creo que se pueda comparar. Mi amigo Baldo Toscano, que ha dejado un puesto de responsabilidad en Canal Sur Televisión para marcharse a Telecinco pronto entenderá lo que quiero decir. En la plantilla de Canal Sur se está muy calentito, a pesar de lo mucho que te pueden llegar a tocar los huevos. Y fuera, el día menos pensado, por mucho salario que se cobre, puede llegar a hacer mucho frío.

Luego compararse con las teles privadas para justificar megasueldos no vale.

Tampoco se trata de tirarlo todo por los suelos. Y ahí llegamos a otra cuestión. ¿Por qué a los políticos se les paga tan poco? ¿Qué directivo de empresa en condiciones va a sentir alguna vez la tentación de dedicarse a la política con los salarios que cobra un político?

¿Por qué el mismo parlamento que fija el salario del presidente de la Junta decide que el director general de la tele autonómica cobre un setenta y dos por ciento (72%) más?

Repito

Ochenta y un mil euros brutos anuales (81.000): sueldo oficial del presidente de la Junta de Andalucía, la comunidad autónoma más poblada del país.

Ciento treinta y nueve mil euros brutos anuales (139.000): sueldo oficial del director general de la Radio Televisión Andaluza, más conocida como Canal Sur.

J.T.

2 comentarios:

ElCordónDeMiCorpiño dijo...

Buenooooo....

Ahí tas mojao, compañero!

Ma gustao, hala.

Juan Tortosa dijo...

Thanks, darling