lunes, 5 de octubre de 2009

Gran día para los fotógrafos, gran día para el periodismo

Tras una semana en Marruecos tengo muchas cosas que contar pero las aplazo. He decidido que este lunes sea un día de cortar y pegar porque he recibido un entrañable correo de mi amigo Eduardo Abad. Tan entrañable que le copio hasta parte del título: "Gran día para los fotógrafos", escribe él. Gran día para el periodismo, añado yo. Me dice Eduardo:

"Acabo de leer la entrevista y ver la foto de Emilio Morenatti en el hospital . Hoy es un gran día para los que aman esta profesión de hacer fotos. Por supuesto que los héroes no existen, pero hay personas que ante el riesgo se paran y otras se acercan para hacerla mejor, como decía Capa. Un abrazo de todos los que le queremos".



¿Lo reconocéis en la foto? Sí. Es Emilio Morenatti en el hospital de Washington donde se recupera del bombazo que sufrió en Afganistán. Empieza ya a aprender a caminar con la prótesis recién colocada en el lugar donde tenía el pie que le amputaron tras la explosión. La foto la firma su mujer, Marta Ramoneda, e ilustra una entrevista publicada este domingo en el Diario de Jerez. Extraigo aquí algunas frases de Emilio:

"En ningún momento he pensado en dejar a un lado la profesión. Tampoco se me ha pasado por la cabeza dejar de hacer lo que hacía hasta antes de la explosión. Primero tengo que recuperar mi total movilidad y llegar a correr como antes corría. Después de eso intentaré a volver a los escenarios donde antes hacía mi trabajo".


"Tendría que contar tanto sobre lugares de los que me escapé sin ni siquiera un rasguño, explosiones cercanas donde misteriosamente uno se salva o colegas que son secuestrados, asesinados o golpeados cerca de los lugares donde uno está trabajando diariamente. Yo considero que en esta profesión de fotoperiodista, donde tienes la obligación de contar qué es lo que está pasando, no hay otra opción que meterse hasta el fondo y sufrir las consecuencias. Ya lo dijo Capa: Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no estás lo suficientemente cerca".

"En el caso del fotoperiodista de conflictos es cierto que tenemos una gran suerte por estar en lugares donde nadie más puede estar. Nuestra condición nos permite ver escenarios a los que la mayoría de las personas no pueden acceder. Ese privilegio deber ser usado exclusivamente para contar con honestidad eso que vemos y transmitirlo a través de nuestras fotografías a toda la sociedad".

"Muchísimas veces tuve miedo. Obviamente, este último accidente ha sido el que más miedo me ha producido pero, en general, apenas acuso el miedo mientras realizo el trabajo en medio de una situación dramática o peligrosa sino después, cuando veo las fotografías que hice ya en la pantalla o una vez antes de dormir, pero no van más allá de eso. Al día siguiente no me queda apenas ningún trauma y es vuelta a empezar. Espero que después de este accidente ocurra lo mismo. Ya os contaré cuando vuelva al trabajo".



-Después de esto, - le preguntan a Emilio- ¿le ha pedido alguien que lo deje? ¿Lo haría?

-Nadie me pidió tal cosa.
-contesta nuestro amigo-. Sólo alguien podría hacerlo; esa persona es mi mujer pero sé que jamás lo haría. Ella es más valiente que yo y como fotoperiodista nos nutrimos mutuamente.

La entrevista completa podéis leerla si queréis pinchando aquí



J,T.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Enorme Emilio. Menudo chute de energía que da leerlo... tanto como compartir unos días en Marruecos con maestros como tú. Nos vemos en el camino. Un abrazo enorme

Juan Tortosa dijo...

Compañera, te debo una copa por el elogio. Ya he visto tu post dedicado a Emilio. Escrito bastante antes que el mío, por cierto. Tendré que espabilar. Un beso

maldomar dijo...

Hermano, vas dejando estela, y de la buena; y me congratula que sigas guardando un sitio para el asombro.

Por muchos años...