lunes, 18 de octubre de 2010

El miedo y el terror son rentables en los informativos de televisión


“El miedo da audiencia y el terror la dispara. Los informativos, las películas de Hollywood y los políticos se alimentan desde hace ya cincuenta años en los Estados Unidos de la “lógica mediática" del miedo.

El político que aterroriza al personal mejora en las encuestas y con esta estrategia suele conseguir mayor número de votos.

A finales de los setenta, ya constatabas que aunque disminuyeran los crímenes, iban aumentando los minutos que se les dedicaban en los informativos de televisión. También crecían los medios interesados en cubrirlos y el número de reporteros y cámaras destinados a este tipo de coberturas.

Existe una total desproporción entre el miedo que se refleja en los informativos y la realidad de las calles, igual que la hay entre los peligros reales del planeta y lo que “acojonan” los informativos con este asunto”.

Hasta aquí, algunas de las perlas que el analista mediático estadounidense David Altheide nos regala este lunes en la contraportada del diario “La Vanguardia”. Entrevistado por Lluís Amiguet, Altheide, de 65 años, autor del libro “Creating fears, news and the construction of a crisis”, admite que en su país se sabe muy poco de España y lo poco que se conoce está muy manipulado.

Está manipulado primero porque la información internacional en Estados Unidos interesa poco, -no genera publicidad ni ingresos, por lo que los medios no invierten en ella- y en segundo lugar, y dando por sentado que no hay rentabilidad económica, si se publica allí algo sobre nuestro país es porque quien lo hace espera obtener algún tipo de rentabilidad ideológica.

“España es sospechosa de socialdemocracia.- sostiene Altheide en la entrevista de Amiguet-. Si un país tiene, continúa el experto, un sistema de salud pública razonablemente eficiente, sólo se publicarán en los Estados Unidos aquellas informaciones que demuestren que va a caer en bancarrota”.

Y añade también: “Presentar la realidad como espectáculo en los informativos de televisión es un gran negocio”

“Conste que sólo describo, no condeno”, remata.

Pues eso: descrito queda

J.T.

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