jueves, 21 de octubre de 2010

Con Rosa Aguilar en el día de su nombramiento


- Mira, Juan, 250 mensajes pendientes
- En todo el día...
- ¡Qué va! Desde hace un rato

La ministra in pectore había apagado el teléfono durante el tiempo que estuvo con nosotros -sesión de maquillaje, conexión en directo con Madrid- y acababa de volver a activarlo.

Recordé una de las más crueles definiciones de soledad que conozco desde siempre: soledad es cuando pasan las horas esperando que suene el teléfono... y el teléfono nunca suena.

Rosa, como nadie a quien acaben de nombrar ministra ese mismo día, estaba anoche precisamente sola. Pero tengo para mí que es de esas personas que pocas veces ha debido estarlo. El rato que compartió con nosotros demostró por qué. La nueva ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino sabe torear muy bien. Una artista con la muleta en la mano izquierda. Y el que la ha llamado para el cargo lo sabe.

A ver qué tal. Tras inmortalizar el instante, tal como queda documentado aquí, la acompañé hasta su coche cuando eran ya casi las once de la noche de una jornada frenética en la que su nombre y su imagen habían estado presentes en la apertura de todos los informativos. Hoy despedida en San Telmo por la mañana y por la tarde, promesa en Zarzuela y toma de posesión en Atocha.

- Ministra, antes de darte cuenta vas a estar celebrando la navidad.
- No lo sabes tú bien.

Mientras su teléfono móvil continuaba acumulando mensajes nos despedimos.

- Suerte, Rosa. La necesitas y la necesitamos, le dije. Todos.

J.T.

La foto la hizo nuestra compañera Inma Carretero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy turulateando y las musas me la juegan con lo que me sugieren escribir...

Juan Tortosa dijo...

Pues ánimo, querido an(ón)imo