martes, 2 de junio de 2009

Los béticos son unos santos


Lo llevan como si fuera una enfermedad terminal: aceptando lo inevitable.
Ser del Betis, dolencia crónica de por sí, sufrió el pasado domingo una grave recaída.

Heridos de muerte, mis amigos béticos afrontan desde entonces el enésimo contratiempo de la historia de su amadísimo club con la resignación de quien eligió mal al casarse.



- Serán unos impresentables, dicen, pero son nuestros impresentables.

El domingo en el campo, cuando los vieron precipitarse a segunda división en caída libre, ni siquiera aumentaron los decibelios de la indignación.

- Te quiero, parecían decir. No me gusta cómo eres. Pero qué le voy a hacer.



Lo único que mis amigos béticos parecen esperar que cambie es que se acabe la pesadilla que supone estar en manos de quien proclama a los cuatro vientos que vino a salvarlos.

- Si no hubiera sido por mí -grita desde hace años...



- Si no fuera por él ya habríamos resucitado, coño -responden ellos


Lo dicho: los béticos son unos santos.


J.T.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ps, con el fichaje del Cristiano, que no se preocupen: todo lo que no es periferia ultramontana, stá rreglao! (lo del Correa inclusive, que Valensia é nasioná, leñe)