Lo pensaba el otro día durante una rueda de prensa en la que comparecían en Sevilla sindicatos, empresarios y consejera de economía andaluces: Previsibles, esa es la palabra.
No hay nada más previsible que un político o un representante institucional delante de un micrófono. Sea en un mitin, en una rueda de prensa o en una comparecencia de cualquier otro tipo, puedes escribir casi literalmente con antelación lo que van a soltar.
Cobo, segundo de Ruiz Gallardón en la alcaldía de Madrid, dijo que algunas de las cosas que hacían los de Espe (Esperanza Aguirre, todavía presidenta de la Comunidad de Madrid) eran “de vómito”, consiguió así que titularan sus declaraciones a cuatro columnas en la primera página de El País, y acto seguido le endiñaron en su partido una maravillosa sanción por “bocazas”.
O que se lo digan si no a Ignasi Guardans, director general de cine, quien también en el El País pero algunos días después, concretamente el domingo pasado soltaba todo lo que muchos pensamos sobre los festivales de cine en España. Pues nada, por decir lo que siempre se desea pero nunca se espera de un político, algo aparentemente audaz pero sólo aparentemente, es decir, por no ser del todo “previsible”, ha tenido que envainársela y hasta pedir perdón “por las formas”.
J.T.
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