¿Por qué se pondrán tan de los nervios cada vez que sale a la palestra algún asunto relacionado con la memoria histórica?
¿
Cómo es posible que el reconocimiento que la Junta de Andalucía ha hecho a aquellas mujeres que fueron humilladas en su juventud –algunas casi en su infancia, allá en la posguerra- obligándolas a beber aceite de ricino o rapándoles la cabeza, les pueda poner a vociferar con tantos decibelios como lo han hecho?
¿Cómo es posible buscarle las vueltas a una mera medida de reparación para “informar” sobre ella hasta encontrar un titular tan retorcido como éste?: "Griñán busca mujeres rapadas hace 70 años para darles 1.800 euros" (abajo a la izquierda, a dos columnas)
Pero señores: si de lo que se trata es sólo de compensar y aliviar a cuatro pobres ancianas de una carga de las que muchas no consiguieron desprenderse en toda su vida ( y eso, las pocas que quedan vivas) ¿a qué viene tanto revuelo? ¿qué es lo que escuece aquí?
Yo creo que la Junta de Andalucía podría haberse ahorrado los cuatro duros y medio de indemnización y apostar simplemente por un reconocimiento público y honorable para aquellas mujeres apodadas pelonas en su día y que han conseguido llegar vivas hasta el año 2010. Pero de ahí a que la decisión de otorgarle a estas mujeres andaluzas mil ochocientos euros a cada una haya sido calificada de “vomitiva”, nada menos que por un consejero de la comunidad de Madrid…
Los palmeros mediáticos de este señor llamado Granados y de su jefa Aguirre me han puesto los pelos de punta con la impresentable colección de comentarios y calificativos que le han dedicado a la medida del gobierno andaluz.
Oyen "memoria histórica" y unos sacan la ristra de ajos, otros rebuscan titulares en el baúl de los recuerdos más añejo y casposo y otros... desenfundan el diccionario de sinónimos hasta que no les queda ningún insulto en la recámara.
Pero no nos preocupemos que aunque se comporten así, ellos se proclaman civilizados y demócratas y desenfundar lo que se dice desenfundar sólo van a seguir desenfundando improperios aunque aderezados, eso sí, con un mucho de mala leche. Espero..
J.T.
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