Alfredo Sánchez Monteseirín
No es una persona precisamente simpática
Tampoco alguien demasiado tocado por la gracia del "carisma"
Como alcalde no ha sabido vender ni su imagen ni sus logros
No ha sido mediático
No es un político con imagen
Pero ha sido el alcalde que más "meneo" le ha metido a la ciudad de Sevilla en mucho tiempo.
Sus doce años de gobierno se reparten entre dos complicados matrimonios de conveniencia: los cuatro primeros con el partido andalucista y los ocho últimos con izquierda unida.
Carros y carretas ha tenido que tragar Alfredo Sánchez Monteseirín con unos y con otros pero aún así, a toro pasado, compruebas que algún proyecto de ciudad debía tener en la cabeza este hombre porque la Sevilla de hoy poco tiene que ver, y eso nadie se lo discute, con la que recibió en herencia de Soledad Becerril en 1999.
Paola Vivancos, cabeza de lista del partido andalucista, formación política bisagra que en 1999 otorgó la mayoría para gobernar a Monteseirín a costa de la popular Soledad Becerril
Paula Garvín, la cara visible de izquierda unida en el ayuntamiento de Sevilla entre 2003 y 2007 y apoyo imprescindible para el gobierno de Monteseirín durante su segunda legislatura
Antonio Rodrigo Torrijos (derecha, barba blanca). Teniente de alcalde por izquierda unida entre 2007 y 2011. Inevitable en la tercera legislatura de Monteseirín, aquí lo vemos en un momento de "sufrimiento" antes de ser imputado por su presunta participación en una venta fraudulenta de terrenos municipales
Lo que Monteseirín ha sacado adelante estos años en Sevilla ha sido a costa de aguantar lo que no está escrito a sus coyunturales socios de gobierno. Pero los quebraderos de cabeza que le proporcionaron los andalucistas en su día y en época más reciente los concejales de izquierda unida se quedan pequeños al lado de las puñalás traperas que ha recibido procedentes del seno de su propio partido.
Monteseirín se va, casi por la puerta falsa, porque los que mandan en su partido no quieren verlo ni en pintura: Lo que ha hecho de puertas para dentro para perder el favor de tirios y toyanos no lo sé. Lo que ha hecho con la ciudad, sí:
- Ha recuperado el tranvía
- Ha posibilitado la primera línea de metro de la historia de Sevilla
- Ha devuelto la vida a zonas abandonadas y marginadas como la Alameda y sus alrededores
- Ha rodeado la ciudad con ciento veinte kilómetros de carril bici
- Ha creado un servicio de alquiler de bicicletas que, sumado a las de uso privado...
- ... ha conseguido reducir sensiblemente el índice de contaminación y el tráfico de vehículos a motor
- Ha sido capaz de promover osadas y polémicas iniciativas como el proyecto Metrosol Parasol de la plaza de la Encarnación también conocido como "Las Setas" o los "gofres"...
Cada vez que ponía algo en marcha todo el mundo se le echaba encima escandalizado y cabreado. Luego, con el paso del tiempo, aquellas histéricas diatribas se iban convirtiendo en satisfacciones por los resultados tangibles:
- más calidad de vida
- un centro más habitable
- más vida comercial
- menos ruido y menor contaminación
- mejores equipamientos en barrios otrora olvidados...
Tenía un proyecto de ciudad en la cabeza y eso, finalmente, ha acabado notándose.
Pero su partido no lo quiere. No le tienen el menor cariño a Alfredo Sánchez Monteseirín.
El que manda en la provincia, José Antonio Viera y él, se llevan como el perro y el gato. Al final el todavía alcalde ha perdido el pulso. Y el enfrentamiento, cuyas razones desconozco, es de tal calibre que su partido prefiere arriesgarse a perder la alcaldía antes que volverlo a situar al frente de la candidatura. Y eso que Sevilla es de las pocas ciudades, en Andalucía y en el resto de España, en las que aún no gobierna el partido popular.
José Antonio Viera, secretario general del Psoe en la provincia de Sevilla.
Monteseirín y él no se pueden ni ver
Un episodio más en la retahíla de despropósitos que en los últimos tiempos colecciona el psoe de Andalucía y que nos lleva a preguntarnos a qué demonios está jugando el partido que durante treinta años ha sabido detentar y mantener los resortes del poder en esta comunidad autónoma.
Monteseirín, el hombre que a buen seguro cuando pase un tiempo será recordado como un buen alcalde, se marcha casi por la puerta de atrás más denostado por los suyos que por el pp, principal partido de la oposición y cuyo candidato, Juan Ignacio Zoido, quien ya fuera su contrincante en 2007, está teniendo el buen gusto de no hacer sangre con alguien que consume en "sonora" soledad sus últimas semanas en el poder.
Tras este panegírico habrá quien piense que algo le debo yo a Alfredo Sánchez Montesirín. Lamento contrariar a quien así lo crea. Mi trato con él ha sido siempre superficial y escaso. Las ocasiones en que nos hemos saludado me pareció una persona afable y educada, pero distante y yo diría también que algo sosa.
Sí es verdad que tengo razones para otorgarle crédito, y entre ellas se encuentra la opinión de una buena amiga mía quien, aunque su ideología nada tiene que ver con la del todavía alcalde de Sevilla, le profesa un afecto incondicional al tiempo que guarda un excelente recuerdo de los años universitarios que compartió con él en la sevillana facultad de medicina.
- Alfredo nunca deja tirado a un amigo
Si lo que asegura mi amiga es verdad está claro que Alfredo no es un buen político.
Así le ha ido
J.T.
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