Fátima se va del pp

Los del Opus siempre tienen un obrero para enseñar. Un pringao como coartada que les permite replicar a quienes los tachan de clasistas argumentando que no sólo admiten banqueros, médicos brillantes o inspectores de hacienda en sus filas. También, presumen ufanos, tienen carpinteros.

Quizás siguiendo esta técnica, los partidos suelen incluir últimamente en sus mítines y en sus listas bien minusválidos (el PSC sacó al estrado hace unos días a una guapa chica que se extrajo en vivo y en directo su pierna ortopédica), bien inmigrantes, o bien militantes con velo como la concejala del pp de Gines, Sevilla, que esta semana, con gran expectación mediática, ha hecho público que abandonaba el partido y se pasaba al grupo mixto en el ayuntamiento.

Parece que al pp, Fátima, natural de Melilla y establecida en Gines desde hace ya muchos años, le ha salido rana.

Algo le debieron prometer a esta mujer que no han cumplido y ahí la tenemos ahora, de bolos por las televisiones, acusando a sus antiguos correligionarios de haberla utilizado sin importarle durante años que llevara en la cabeza un velo al que ahora ponen reparos cuando una niña madrileña, dice, se niega a quitárselo para acudir a sus clases en el instituto.

Hay quien mantiene que aquí hay gato encerrado y que Fátima no es trigo limpio cuando utiliza la polémica del velo para dar el portazo.

Puede ser, pero el caso es que hace cuatro años, cuando los vientos eran otros, el pp gobernaba en Gines y molaba presumir de partido integrador que incluye musulmanes en sus listas, Rajoy se hizo esta foto con Fátima Mohamed, que por aquel entonces era concejala de asuntos sociales en el pueblo.

Ahora, arrojada a los infiernos, Fátima es ya un juguete roto de la política.

Puede que sus detractores lleven razón cuando dicen que la polémica del velo no es la causa por la que Fátima se va del pp, pero yo creo que no es momento de hacer leña del árbol caído. Entre otras cosas porque, por muchos argumentos en su contra que pudieran existir, si a estas alturas una foto con ella fuera rentable en votos, seguirían buscándola para retratarse junto a ella y volver, sin demasiados reparos, a posar y a sonreir de nuevo a su lado.

J.T.