viernes, 28 de mayo de 2010

Aznalcóllar sin feria



- A mí la feria me da igual. Yo lo que quiero es que mis hijos coman.

Suena tópico, recurrente, manido... pero es textual. Así me lo soltó un ciudadano de Aznalcóllar el otro día, mientras volcaba mezcla de cemento en el pavimento de una calle de su pueblo, cuando le pregunté qué le parecía que el ayuntamiento hubiera decidido suspender la feria de este año.
- No tenemos para pagar las nóminas, así que el dinero de la feria nos hace mucha falta -me contó el delegado de festejos
El nombre de Aznalcóllar sonó mucho hace doce años, cuando una balsa de residuos de minería reventó y contaminó seriamente el río Guadiamar y una parte del parque nacional de Doñana.
La empresa sueca responsable, Boliden, cerró y dejó a medio pueblo en la calle.

No han levantado cabeza aquí desde entonces. Las indemnizaciones y compensaciones, muy por debajo de lo que ellos esperaban, han paliado algo la situación durante un tiempo, pero el caso es que doce años después, y con la que está cayendo, a Aznalcóllar no le sobran los setenta mil euros que cuesta la feria de san Juan.
- Sólo podemos gastar en aquello en lo que nos ayuda la diputación o la Junta, pero nosotros no tenemos ni un duro -me decían también en el ayuntamiento
Estuve hablando con los funcionarios que cobran con dos meses de retraso, con algunos trabajadores, con los que se llevan a casa un jornal gracias a esas peonadas del Per que para algunos políticos son perfectamente suprimibles...
Tengo a mi alrededor -en mi vida personal y laboral- muchos argumentos para calibrar las dimensiones de la crisis, pero en Aznalcóllar le vi a estos momentos de apuro una cara mucho más preocupante aún.





A la gente de este pueblo quedarse sin feria, sin casetas, sin tiovivos, sin coches de choque... le parece, lógicamente, una nimiedad.
Sus problemas son mucho más serios.


J.T.

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